La pena pocas veces se despoja de su camisa descolorida.
Nos encaramos a la memoria para no aislarnos del todo
Ahora, el orgullo no sabe dónde dirigirse
Cuando no consigo amarte, pierdo el equilibrio y me caigo
Agita una necesidad y verás como algo dá un vuelco.
Miguel,
ResponderEliminarPreciosas palabras… A veces, agitamos lo innecesario y otras –al borde del colapso- somos figuras estáticas que nada planteamos.
Eres sabio amigo.
Ann@ Genovés