jueves, 29 de marzo de 2012

petrificada la felicidad

Dejámos que se nos escape el amor y nos quedamos sin recursos en las palabras

Coincidir en la falta de entendimiento nos garantiza momentos de fracaso

Se nos exigen diversas capacidades de adaptación y no conocemos los límites de
nuestra capacidad de adaptación

He visto nacer besos de dudosa confianza

Existe un complejo interés por desmitificar el daño que producen las palabras inadecuadas

Cuando en los conflictos resuena el desamparo, las buenas intenciones se borran

1 comentario:

  1. Miguel,

    Cierto ¿cuándo unas palabras –mal interpretadas-no han destruido futuros trabajos, amistades o amores?

    A veces, es mejor estar en silencio; es más, creo que es necesario para hablar con determinación. Con el lenguaje escrito sucede lo mismo, pero además, con el hándicap de que es el testigo número uno de los dicho.

    Muy bueno, amigo,

    Ann@ Genovés

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