Juguémos al despiste. Compartámonos en las palabras que nos estimulan y en los gestos que nos reviven. Apénas nos conocemos. No darse explicaciones. Nada más grande.
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Aceptaria conformarme con un abrazo que fuera emisario de tu sentimiento más sincero y predecible.
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La vida que pasó ayer debiera darnos la suficiente experiencia como para no cometer errores tan de bulto que hoy cometemos.
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Continuamente en tu ausencia , he satisfecho mi soledad, fantaseando con tu presencia junto al lecho vacío y frio de la gran cama de 2x2metros,que durante algún tiempo hemos compartido. Cuando te pienso, me transformo y, ahora sí, vivo.
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