Con el tiempo los deseos balbucean.Nadie parece darse cuenta de lo que dejámos detrás.
Después de cada beso siempre nos invade una nueva duda.
Ondeamos permanentemente esperanzas. Futuros repletos.
Nos bañámos entre palabras y promesas.
Después, nos abrazámos a la penúltima intención.
Parecémos querer invocar todas las nuevas vibraciones al mismo tiempo.
Apretámos fuertemente los ojos y nos dejámos llevar.
Ocúltamos rencores y prejuicios, que sabémos nos hacen más indefensos.
Cada esfuerzo se convierte en inolvidable.
Igual que existen los besos de compromiso, existen los deseos incumplidos.
Así pués:
Abordo el final de algunas etapas gastando palabras con las que poder abrazarnos de nuevo.
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