Y qué decir de los instintos desconocidos,
los que núnca entenderemos.
Déjame que te quiera y así frenar mis despilfarros
A la vida que ha dejado de vivir todo le parece incierto
Pocas son las advertencias que nos reconducen
Ya no se hacen los silencios para pensar en descubrir lo nuevo
Una vez supe como lo más nímio puede lastimar intensamente
Nos entregamos sin razones a la primera intención.
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