no seámos idiotas, follémos

los poros de su piel están llenos de deseos
¿dónde quieres ir?, la pregunté
a ningún sitio, me contestó
¡para que me folles este suelo puede ser perfecto!, añadió
cuando hablemos de hacer el amor ya pensaré en un lugar especial y de lujo...

he tenido mucha suerte en conocerla
yo lo sospechaba, me lleva en sus pensamientos

me duelen los deseos de no usarlos

imposible no ver sus interminables piernas
a mis deseos les queda poco para llegar al éxtasis
disfrutar del olor que desprenden los cuerpos cuando se aman locamente

empiezo a notarlo
su boca aún no se ha despegado de la mía
mi lengua se ha perdido varias veces
la he sentido
me empieza a sobrar la ropa
compartir los impulsos sin tener nada que controlar
yo en su piel, ella en la mía
esperando la intensidad de una nueva gota de sudor
desde el agotamiento hasta el sosiego
con equívocos intencionados
dando un paso más...
mientras escribo sobre la infelicidad
me llega el olor que desprende su vagina

busco necesidades como una obsesión,
esté dónde esté, yo también quiero ser su deseo

a veces la vanidad no sabe vestirse con elegancia

yo también quiero ser una necesidad latente y,
no más un deseo esporádico
yo también quiero sentir qué es: estar en el otro

ella tiene permitido invadir mi espacio
que los besos inútiles también despiertan los deseos

para poder coger mi cara
para acercar mi boca hacia su ombligo
e indicarme con un gesto que,
camine hacia su sexo para,
confundir unos cuantos pensamientos

sólo es sexo, nada más